Nuevamente iba a comenzar una entrada más con una o varias preguntas. Esas preguntas que me hago yo mismo para encender el carburador del pensamiento creativo. Esos pequeños cuestionamientos que sirven como combustible de cientos de palabras con una misión.
Sin embargo, como pueden darse cuenta, ese no fue el caso. De hecho, fue tan repentino ese destello de dudas que ahora solo con dificultad recuerdo cuál era la temática que pretendía expresar. Aún así no hay razón para alarmarse… no todavía.
Las preguntas que aquí se omiten puede que sigan dando vueltas en el pensamiento de alguien más. En algún lugar es probable que incluso ya tengan las respuestas. Digo “las” porque de seguro son varias, o al menos eso me gustaría pensar. Aunque la verdad no es cuestión de gusto. ¿O sí?
Pues no lo logré… intente escribir el resto de estos párrafos sin preguntar nada de forma explícita… pero simplemente no pude hacerlo. Fue un momento de debilidad, en eso me reconforto. Fue un segundo de distracción, de dulce enajenamiento. [Inserte aquí su refrán favorito]
Pero la sopa ya ha sido derramada. Es una lástima, porque era un brebaje delicioso. Mejor no llorar por los errores cometidos, que así se van vidas enteras. Continuemos pues con lo que estábamos platicando. Era sobre las preguntas… así es. Sobre esa incertidumbre que te tiene a ti leyendo esto, esa pequeña incógnita que no solo no te deja dormir, si no que te despierta en las madrugadas.
Nada de eso es nuevo para el universo. La mayor parte del tiempo vamos por ahí en “barcos de humo y nubes” recorriendo un camino que todo mundo ha transitado ya. (Que delicioso es robarse a uno mismo sus palabras). Aún así, no me gusta desanimar a la gente. Las cosas son así, no hay porque llorar o ponerse triste.
Las personas simplemente pierden el enfoque. La realidad es lo de menos… pero perder el enfoque es terrible. Eso si desanima un poco; hasta al más jocosito de los gnomos en la cueva. Sin embargo ya caí yo en un tema que ni siquiera pretendía abarcar. Las preguntas iníciales eran simples, lo confieso.
El chiste aquí (porque la gran mayoría de las cosas tienen su chiste) es que nada de lo que ves tiene algo que ver con lo que eres realmente. Sin embargo, todo lo que lees tiene que ver con lo sientes. Y finalmente eso que sientes tiene que ver con lo que ves (o más bien, con como lo haces).
Ahora bien, lo del párrafo anterior no le hagan mucho caso. De verdad, es una vergüenza. Aún así lo dejo porqué creo que enlaza muy bien con el final. Así es… por hoy (por ahorita) terminamos.
2 comments:
Bravo!
Es escurridizo, no? Cómo una guabina, dicen por aquí. Adelante.
Un saludo. Jabier.
Nunca se que poner en tus posts "serios", pero al menos la entrada a comentarios ya puede decir "2 Barquitos".
Prefiero la palabra potaje, en lo personal.
Saludos campeón.
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