A veces me gusta escribir tan solo para jugar con las palabras. Para divertirme un poco mientras construyo pequeños párrafos con algunos toques de sentido. Hay muchas cosas de las que quiero platicar, pero pocas realmente las que quiero plasmar en un texto.
Probablemente ese sea el detalle… el problema. Eso, y el hecho de que no puedo superar la idea de simplemente “platicar” lo mundano y aburrido de un situación X o Y de la vida diaria. Es cuestión de percepción realmente. Por ahí dicen que no hay existencia más aburrida que la propia. ¿Quién dice? Pues dicen por ahí.
Hay gente que no tiene ese problema y le da vueltas al papalote contando de forma envolvente las mil y una peripecia de su singular vivir. Lo anterior es en parte admirable, con sus debidas reservas. De hecho yo aprecio de vez en cuando el leer la forma creativa en que describen su viaje al súper, la clase aburrida que tuvieron ese día o el raro evento que les tocó vivir en el estacionamiento del centro comercial.
Pero al parecer yo he desarrollado una incapacidad para ver esas chispas de colores en mi propia vida. O simplemente no puedo imaginar que a alguien más le interesaría saber de esos insignificantes detalles de mi diario caminar. Y la dificultad principal no radica en “contar” la historia de forma divertida. Para ello no hay problema. Podría escribir mil palabras llenas de hilarantes estupideces relacionadas con abrir una lata de atún. Sin embargo, no hay nada que me motive a hacerlo.
Dicho lo anterior, no pretendo sonar apático ante la vida en general; para eso ya tenemos suficientes adolescentes egocéntricos. Es simplemente un sentir personal un tanto negativo en cuanto a la actividad descriptiva (risa interna). En pocas palabras, me encanta mi vida, pero me da flojerita platicarla.
Ahora que lo menciono, la “flojera” es un motivador esencial de mi existencia. Puede que por eso le hago yo tanto caso. Y aunque la connotación de la tan temida desidia es principalmente negativa, debo confesar que muchas veces saca lo mejor de mí. Y en otras ocasiones mantiene bajo control lo peorsito.
Y por eso se lo agradezco. Le doy “hartas” gracias por no dejarme describir mi vida y aburrir al universo con las irrelevancias de una efímera existencia. Pero ustedes no se limiten, siempre hay alguien que lo apreciara.
2 comments:
Hola Fede Fiesta
Es muy difícil hacer lo que tú haces con tanta facilidad. Es muy difícil escribir estas 500 palabras. Yo te felicito. Excelente lo del papalote (aquí le decimos papagayo y cometa). Te animo a que sigas y cuando te falte un tema puedes escribir una y otra vez cómo abrir una lata de atún (...para practicar, mientras se te aparece un buen tema. Así te agarra con la mano ágil).
Soy editor del Blog Literario Casa de los Cuentos. Hoy, he salido de paseo por la red en busca de contadores de cuentos, letras nuevas, bloggers, amigos para aprender y compartir. Al amanecer, antes de salir de casa, leo un cuento. Luego, dentro de una botella bien tapada lo lanzo al mar y así dejo un rastro para poder regresar. Te dejo una invitación para que lo conozcas y comencemos una amistad. Espero que lo que estoy leyendo te guste tanto como a mí. Saludos desde Mérida, Venezuela. Jabier
Muchas gracias amigo de los cuentos. Definitivamente estaré dandome una vuelta por tu "casa"
Saludos
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