Monday, March 23, 2009

Luz y Sonidos


Debo admitir que soy un fanático de la música electrónica, más específicamente de un género denominado psychedelic trance (GOA, psytrance, psycho, etc). Como seguidor ferviente de este tipo de música, me gusta de vez en cuando asistir a los famosos “raves”.

El problema que tengo es que mi círculo de amistades no comparte ese amor incondicional que yo le tengo al género, por lo que normalmente se muestran renuentes a acompañarme a ese tipo de “fiestas”. Lo anterior es totalmente comprensible, ya que de igual forma yo me rehusaría a asistir a innumerables conciertos de X o Y artista.

Sin embargo, a pesar de lo anterior, muchos de ellos muestran curiosidad con respecto a éste tipo de eventos. Se preguntan cómo son realmente, qué los hace tan atractivos, porqué los disfruto tanto, qué es lo me hacen sentir y cuál es su principal diferencia con otros eventos del medio electrónico.

Muchas veces me es complicado expresar de forma precisa las respuestas de tales cuestionamientos. Y no por las preguntas mismas, si no por el hecho de que este tipo de música es un gusto muy personal e involucra gran cantidad de sentimientos. Y como sucede con muchas cosas, a veces es difícil entender ciertos aspectos si no estás familiarizado con el tema. Aún así, trato de hacer mi mejor esfuerzo en expresar esos poderosos sentimientos que produce la música en mí; y es lo tratare de hacer a continuación.

En general, un rave es una fiesta. Una festejo de la música. Idealmente se realizan al aire libre, de preferencia en locaciones naturales y de alguna forma inspiradoras. Tal es el caso de bosques, playas, lagos, montañas, etc. En el caso particular de Monterrey, estos se llevan a cabo mayormente en La Huasteca.

En dicha ubicación se coloca uno o varios escenarios (dependiendo de la magnitud del evento), en los cuales se encuentran todos los instrumentos necesarios para que los artistas compartan su música. Obviamente, esto se encuentra acompañado de poderosos sistemas de sonido. Es importante recalcar que, por lo menos en este subgénero, el artista no es la “estrella”. En la mayoría de los casos no hay un “performance” como en algunos conciertos. Aquí la atención se encuentra centrada en la música, los intérpretes son casi parte de la misma audiencia, compartiendo su pasión y sentimientos por el género mediante su acto.

Normalmente ese acto se divide en dos categorías. Existe lo que se llama un “DJ set” y por otro lado tenemos un “Live Act”. El primero es mayormente conocido, y consiste en una mezcla de varias canciones enfocada en el flujo y la transición entre éstas. En dicha situación el artista hace las labores de un DJ específicamente y utiliza pistas variadas. El Live Act por su parte, es una interpretación o mezcla en vivo del material producido por el artista. De igual forma se enfoca en el flujo de la música, pero el énfasis no son las transiciones; si no las modificaciones o mezclas que se realizan en vivo a las producciones del intérprete.

En la mayoría de los casos se cuenta con la presencia de varios artistas, los cuáles tocan en un horario predefinido. La duración de un rave puede variar bastante, pero normalmente comienzan ya tarde en la noche para concluir al día siguiente, cercano al mediodía. En casos como festivales, el evento puede durar varios días.

Dependiendo del grado de sofisticación del rave, el tipo de música tocada varía acorde a la hora en que se presenta. De ahí definiciones y subgéneros como Dark Psy, Night psy, Full-on, Uplifting/Morning trance, etc.

Otro punto que levanta mucha curiosidad es el uso de drogas. Normalmente la música electrónica se encuentra asociada con estas substancias prohibidas, y el psytrance no es la excepción. Éste se encuentra principalmente relacionado con drogas psicotrópicas, como es el caso de la marihuana, LSD, MDMA, DMT, mezcalina, entre otras. El uso de dichas substancias es común en los raves, aunque depende mucho de dónde se lleve a cabo.

Por lo anterior, muchos asumen que el ambiente es nocivo y peligroso; sin embargo no es así. A diferencia de otros géneros que fomentan drogas más peligrosas como la heroína, crack o el PCP; los efectos que se buscan en un rave se encuentran orientados a modos alternativos de percepción de la realidad. La experiencia que se busca es la de un “viaje” de la conciencia guiado por la música. Es por ello que normalmente las personas que consumen drogas en un rave no exhiben conductas agresivas; en parte por el tipo de substancias que se consumen y el trasfondo detrás de su utilización.

De hecho, me atrevo a decir que el ambiente que se genera en un rave es incluso más seguro y amigable que el que se crea en un antro promedio de Monterrey. Es aquí dónde me gusta hacer énfasis en la naturaleza de este tipo de fiestas.

El ambiente en un antro también es de fiesta, de “diversión”. Pero estos aspectos degeneran de forma rápida. Mucho asisten a un antro solamente para perderse en comportamientos insensatos, conseguir un “ligue” fácil, presumir las últimas galas o simplemente fanfarronear en un ambiente superficial. La pista de baile muchas veces se transforma en un campo de batalla; las mesas en una recompensa al consumismo forzado y la entrada en una competencia de influencias.

En un rave, la mayoría asisten por una sola razón: La música. No importa si vas solo o acompañado. Ni cómo vas vestido. En un rave no hay mesas ni reservaciones, hay tiendas de campaña y el suelo natural. La pista de baile no es una pasarela, es una explanada de unidad para compartir esa experiencia. Aquí no hay que guardar las apariencias, ni hay que bailar “los pasos de moda”. Simplemente hay que sentir la música, disfrutarla y dejarte llevar.

Por eso me encanta ese ambiente. Porque la gente lo siente. Porque pocas cosas se asemejan al sentimiento que produce el escuchar una melodía y no poder dejar de bailar a pesar de estar exhausto. El sentimiento de ver el amanecer después de ocho horas de hermosa música es incomparable. El ver a tu alrededor y encontrarte con sonrisas de gente que comprende la experiencia que es el celebrar la música de esa manera.

Para mí, eso es un rave y por eso me gustan tanto.

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