Hay pocas cosas que realmente me molestan de manera importante. Una de ellas es la irresponsabilidad con que algunas personas utilizan su derecho a expresarse libremente. No tienen idea como aprecio el hecho de que podamos vivir en una sociedad en donde todo mundo pueda expresar su opinión de un tema en particular de manera libre. Me causa gran alegría el discutir de forma inteligente una diferencia de opinión fundamentada, y es por ello que doy gracias a Dios (si, a Dios) sobre la diversidad de ideas y opiniones.
Ahora, ese Dios al que doy gracias, es el mismo que algunas personas niegan por completo. Y eso está bien. Lo que no está bien es que algunas de esas personas se escudan en esa “libertad de expresión” para difundir de manera irresponsable su fanático ateísmo.
Tanto la postura católica como la atea tienen suficientes fundamentos y argumentos para avalar su existencia en nuestra sociedad. De igual forma ambos bandos cuentan con una gran cantidad de gente ignorante. Y entre esa gente ignorante se encuentran los fanáticos irracionales de su misma ideología.
El problema con los ateos fanáticos no es que nieguen la existencia de Dios, ni que critiquen las acciones de la Iglesia; ni mucho menos que consideren nociva la idea de una práctica religiosa como tal. Durante siglos se ha discutido todo lo anterior en voz y pluma de innumerables filósofos, científicos y teólogos. Gente sumamente preparada en el tema ha argumentado de forma relevante a favor de ambas posturas. Sin embargo, un montón de personas que vieron alguna película tendenciosa, leyeron dos o tres citas de Nietzsche o interpretaron de forma incorrecta la labor de la Ciencia, creen que tienen los argumentos y la preparación para discutir estos temas a como les plazca.
De lo que no se dan cuenta es que caen en la misma ignorancia fanática que tanto critican. Su “odio” incondicional del catolicismo es tan dogmatico como los misterios de la Iglesia. Sus generalizaciones absurdas son tan irracionales como para ellos lo es la existencia de Dios. Sus argumentos falaces son aún más absurdos que algunas incoherencias del comportamiento eclesiástico.
En realidad estas personas son tan ignorantes como cualquier fanático religioso; la diferencia es que su Dios son ellos mismos; sus creencias, las que adoptan sin cuestionamiento de algunos círculos pseudo intelectuales; su institución, la indiferencia y el ocio. Son esos ateos fanáticos los que irresponsablemente se expresan de forma trivial, absurda e irrespetuosa de un tema que realmente no conocen.
El punto de éste escrito no es debatir sobre la religión contra el ateísmo; si no una invitación a hacerlo de manera responsable. De igual forma exhorto a los ateos a expresar sus ideas con una tendencia más agnóstica con respecto a ellas. Al final, nunca sabemos el alcance que pueda tener lo que expresamos; y es por ello que debemos de hacerlo con cuidado y responsabilidad.
1 comment:
Muy bien escrito, te felicito. Que bueno que a alguien le dé por separar la paja del trigo. Esos ateos fanáticos exísten, por supuesto que sí, y son los que nos dan mal nombre a todo el resto. Lo mismo para los fanáticos religiosos!. Yo soy atea. No tengo ningún problema con ninguna religión. No pienso que alguien que tiene fé sea ignorante ni mucho menos. Y me reafirmo al decir que la INMENSA mayoría de gente (creyente y atea) es BUENA, y sólo quiere vivir en paz y armonía. Y sí se puede! Que los que nos separan son los fanáticos venidos de AMBOS lados! Yo he vivido toda mi vida rodeada de cristianos y no tengo ningún problema con ellos ni con nadie, y son gente excelente. Como ateos, agnósticos y hasta uno que otro adorador de Baco son excelentes también! Aprender a vivir con respeto por los demás y por nosotros mísmos es el mejor ejemplo que podemos dejar a las futuras generaciones. Felicitaciones de nuevo!
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