Saturday, February 28, 2009

Twitting Fede

Pues recientemente comencé a utilizar el ya ampliamente conocido “Twitter”. Debo confesar que aunque el concepto me pareció interesante desde el principio, no me acababa de convencer. Pero para quitarme de dudas decidí abrir mi cuenta y darle un “calé”.

Para los que no se encuentren familiarizados con el servicio que ofrece Twitter, éste puede ser descrito como un “micro blog” en dónde puedes ir actualizando tu profile con pequeños párrafos de no más de 140 caracteres. De ésta forma, las personas que siguen tu Twitter pueden saber que es tu vida cada que actualizas tu página y así mismo tu puedes seguir las actualizaciones de quién tu desees.

En general, el servicio era tal como me lo esperaba, y debo admitir que la dinámica es muy interesante. Sin embargo algo faltaba… no sentía la “chispa”. Fue entonces cuando comencé a probar las bondades de actualizar mi twitter de manera móvil. Ahí todo comenzó a tener sentido.

Hay algo bastante divertido sobre el hecho ir “actualizando” tus actividades de manera dinámica en dónde sea que estés (y que haya señal jajaja). Si eso le aunamos cierta funcionalidad con el ya muy popular “facebook” y por supuesto, con “Blogger”, pues tenemos un paquete muy completo de interacción social.

De igual forma, el poder seguir los “updates” de amigos, familiares, impostores de personalidades famosas, agencias de noticas, etc le da un sabor agregado a la simple pero inteligente premisa del Twitter.

Debo aceptar que aún me encuentro en una fase experimental de éste servicio, pero el futuro se ve prometedor. Definitivamente lo recomiendo. Y ya saben, si les interesa saber que ésta pasando con Fede en este momento, no olviden checar mi Twitter.

Wednesday, February 25, 2009

Darse tiempo

Es muy fácil perder de vista lo que realmente se quiere. Levantarse cada mañana con la única intención de acabar bien el día y cumplir con solo lo más inmediato de nuestras preocupaciones. Esto es algo que detesto de la realidad en que vivimos. La facilidad para perder la perspectiva del futuro por nuestras obligaciones inmediatas es tal, que se nos olvida vivir.


Se nos olvida que es realmente lo que nos gusta, lo que apreciamos y lo que queremos hacer. Es por eso que considero tan importante el darme tiempo. Tiempo para pensar, para sentir, para incluso “no hacer nada”. En este momento me encuentro en una mis múltiples horas “libres” con las que por azares del destino fui agraciado el día de hoy. Sin embargo, me encuentro “atrapado” en las instalaciones de mi escuela a la expectativa del desenlace de un par de proyectos y actividades pendientes.


Aún así, me estoy dando tiempo. Solamente un poco, pero suficiente para recordar que hay muchas cosas que quiero hacer HOY. Que hay muchos pequeños momentos que he decidido disfrutar independientemente del arreglo rutinario de mi día. Recordar que hay cosas que quiero lograr por el simple hecho de hacerlas y no porque tenga algún compromiso de realizarlas.


Se que todo lo anterior se escucha realmente soso en cuanto a originalidad se refiere. Pero es un poco de cómo me siento realmente más de un día a la semana. Cuando menos te das cuenta ya es lunes otra vez, y tu sigues siendo la misma persona vacía de la semana pasada, poco a poco perdiendo eso que te diferencia de los demás.


Realmente aprecio que el día de hoy me di tiempo para escribir esto, me di tiempo para leer un poco sobre Husserl, me di tiempo para escuchar esa música que me gusta y sobre todo para pensar que mañana, y en una semana, y el próximo mes quiero seguir disfrutando de mi tiempo y aprender más de las cosas que me interesan, sin compromiso más que conmigo mismo.

Sunday, February 22, 2009

Como a si tuviéramos 18

Éste fin de semana fue particularmente divertido y un poco menos cansado que el anterior. Un amigo cercano cumplió años recientemente y obvio, optamos por la ya clásica festejada en el fin; la cual fue ubicada convenientemente éste sábado pasado.

Sin embargo, antes de lo que se perfilaba como un día de diversión inconmensurable; tuve que pasar mi viernes resolviendo uno de esos engañosos “exámenes para llevar”. La maldita prueba no solo consumió toda mi noche; si no que su invasiva presencia se extendió hasta altas horas de la mañana del sábado…

Así, agotado después de pelearme por horas con plantas imaginarias de cogeneración decidí dormir lo estrictamente necesario para no llegar dando lástimas a la fiesta de mi querido amigo. Para eso de las 4pm volví en sí y me dirigí hacia el departamento de mi ahora más sabio camarada.

Ahí me encontré con caras conocidas con las que compartí una clásica y amena tarde de carne asada. Todo normal, todo tranquilo. Es increíble lo sencillo que es el concepto de una carnita y lo efectivo que es en cumplir sus objetivos de esparcimiento. En general las condiciones eran excelentes, exceptuando el viento escandinavo. Aunque era de esperarse, normalmente el clima no favorece nuestras tardeadas, y menos en Febrero :P

De esa forma, disfrutando de la botana, quesadillas y carne al calor de la compañía de mis compirris pasó rápidamente la tarde. La fase 2: Ir a disfrutar de una noche de antro como si acabáramos de recibir nuestra credencial del IFE.

Y así fue, llegamos al popular “canta-bar”, el cual estaba ATASCADO de gente. La mayoría de las cuáles uno podía apreciar que tenían vivido menos de dos décadas. Debo confesar que nunca he sido fanático de la onda antrera, y ese día recordé porque…

Pues ahí vamos… un montón de “soon-to-be drunk guys” moviéndose ágilmente por el tumulto de diesochoañeros hasta llegar con los nunca bien ponderados “guarros” de la entrada. Y aquí comenzó el juego de “te dejó pasar cuando quiera”. Nunca he podido comprender como es que la gente se presta semana a semana a éste abuso tan evidente. Aquí vienen los “chavos” dispuestos a gastar su escaso dinero de estudiantes en botellas sobrevaluadas para estar en el lugar de moda; PERO solo si tienen suerte de que les permitan pasar a su “supremo templo de la diversión”.

Y pues ahí nos tienen, convenciendo a los malhumorados guardias (que se las dan de muy importantes aparte) de dejarnos pasar a gastar nuestro dinero en sus instalaciones. Debo aceptar que realmente no tuvimos TANTO problema, gracias a que uno de nuestros acompañantes frecuenta el lugar como si no hubiera un mañana; pero aún así fue bastante molesto.

En fiiiiiiiin. Ya adentró… pues qué más? A continuar con el festejo (ósea, a seguir pisteando). La verdad yo no tomo demasiado, y como de costumbre me mantuve relativamente sobrio el resto de la noche. En general me parece bastante divertido ver el progresivo avance en el nivel de alcohol en las personas que me rodean. Y así se fue dando cortesía de varias botellas de Buchanan y Red Label. Lo mismo para el restro del antro.

Pronto, entre baile y baile, decidimos que era hora de “ahuecar el ala”. Sin embargo, como es costumbre, ciertas personas atienden al llamado y ciertas no. En fin, a la salida nos dimos cuenta que faltaba el cumpleañero jajaja. Sin presiones, eventualmente saldría.

Para nuestra sorpresa, había una patrulla y algunos paramédicos en el lugar. Al parecer se había dado “una riña” y nosotros ni en cuenta. Una “chava” yacía según ella acuchillada en asfalto mientras la indiferencia de los jóvenes borrachos llenaba el panorama. No fue nada grave realmente, simplemente volaron algunos vasos así como algunos golpes.

Eventualmente nos reunimos todos otra vez y volvimos al departamento gracias a nuestro “conductor designado” hmm-mhm. Obviamente, antes, pasamos por los clásicos aperitivos de madrugada; con la intención de saciar nuestra necesidad de “munchies”.

Finalmente llegamos al estacionamiento del depa y así de la nada, dos de mis acompañantes decidieron tener una ronda de “peleas amistosas”. ¡Qué sorpresa! Durante cerca de una hora mis camaradas me brindaron el privilegio de presenciar un proceso de catarsis a base de repetidos azotes contra el asfalto.

Definitivamente un deporte que no es para todos. Las razones de sus “rounds” de lucha greco-romana casera en el estacionamiento aún me eluden, pero al parecer ellos lo disfrutaron más que yo. Al finalizar procedimos a subir al departamento y alimentarnos como Dios manda.

Tiempo después, otros dos integrantes de la fiesta lograron llegar con nosotros de dónde sea que andaban y al final todos terminamos en la clásica y amena plática madrugadora. Definitivamente creo que si fue un sábado de diversión inconmensurable; pero ya no tengo 18 años y los antros no son para mí.

"Vamos por la vida en barcos de humo y nubes..."

Pues así comienza éste pequeño proyecto de “Fede” denominado “Barcos de Humo”. Debo decir que la mayoría del contenido que verán aquí no tiene mayor objetivo que el ser una amena lectura. Con esto quiero decir que no pretendo encontrar el significado de la vida, resolver los problemas más agobiantes de nuestros tiempos ni comenzar una magistral obra literaria.

Sin embargo, esto no significa que se carezca de ambición, por supuesto que no. Simplemente que dedicaré el espacio de estas páginas a un estilo muy relajado de escritura, comentando principalmente en mis experiencias tal como me las presenta la vida.

Ahora bien, debo confesar que no llevo la vida más divertida y singular del universo; pero… ¿Realmente quién si? La vida es tan divertida como la hagas parecer (y no me refiero a pretender la diversión). Finalmente esos días normales que vivimos son los que van haciendo la gran (de grande… por lo menos) historia de nuestra existencia.

Y pues así… ¡Comenzamos!